15.11.13

d10s

"El mejor del mundo es Messi. El segundo mejor es Messi lesionado."

14.11.13

Fragmento

[...] Y sin embargo, ¡cuánto disfrutaba yo de aquellas charlas con ella! Durante esas noches deliciosas nos entregábamos suavemente a los encantos del vino y hablábamos durante horas. O las tardes de verano en que nos sentábamos en un banco frente al río, y reíamos abrazados dejando que la brisa nos acariciara. Nunca voy a olvidar esos momentos. Nunca, ni siquiera, van a perder intensidad sobre mí; incluso cada vez los rememoro con mayor nitidez, y me inquietan de un modo desesperante. Soy un adicto a la nostalgia, siempre lo he dicho. Desconozco si el resto de la gente recuerda del mismo modo tan pasional; lo cierto es que yo he llegado hasta a conmemorar con melancolía los momentos más tristes de mi vida, casi deseando volver a vivirlos. Podré ser juzgado como un loco o un enfermo, pero no soy lo uno ni lo otro. Si fuera un loco estaría en un manicomio, y si fuera un enfermo estaría en el hospital. Pero no. Mientras escribo estas líneas me encuentro en mi casa. Solo una vela, la que ilumina este trozo de papel, profana la honda oscuridad del resto de mi hogar. No distingo el día de la noche, pues mis ventanas están tapiadas y me impiden vislumbrar siquiera un haz de luz. A duras penas mi conciencia accede a dejar la vela encendida, pues me siento en la obligación de hacer un esfuerzo por mi propia persona y alivianar de algún modo el tormento del que soy a la vez víctima y culpable. Estoy convencido que no merezco otra cosa sino oscuridad y reclusión, pero después de haberlo intentado vanamente, no he encontrado el modo de escribir sin luz. Ruego a Dios, aunque ahora mismo dude de su existencia, que me perdone por esta circunstancia que es inevitable.

Soy un criminal y estoy cumpliendo mi condena. Yo mismo fui juez de esta condena, pues con todo lo orgullosa que es mi persona, decidí no entregarme a las autoridades. ¿Para qué dejar que me juzguen otros si puedo hacerlo yo mismo? No en vano dediqué algunos años al estudio de las leyes y conozco lo suficiente sus generalidades como para saber que por el crimen que cometí me corresponden 10 años de prisión. Pero observo que no estoy siguiendo el orden cronológico de los hechos: hablo de mi condena, pero no mencionó cuál es el delito que la causó. No busco ni espero tener lectores, ni que estas memorias suenen poéticas ni ordenadas. No me interesan los artilugios literarios. Lo único que busco es descargar la implacable presión que oprime mi alma, y poco me importa si soy comprendido o no. Sin embargo sé muy bien que cuando esto acabe y yo no me encuentre más aquí, algún vagabundo sin techo en una noche de lluvia violará la entrada de estos aposentos en busca de un cobijo donde descansar, y encontrará estos papeles sobre la mesa y al lado de una vela consumida.

 Recuerdo la mañana de aquel fatídico 24 de abril. Desperté con una sensación rara, un presentimiento de que algo iba ocurrir. No quise desayunar, solo me levanté y decidí salir a caminar buscando aclarar mi mente. Un torbellino de pensamientos y maquinaciones oscuras retumbaban en mi cabeza. Naturalmente, todos relacionados con ella. En realidad, había llegado el punto en que yo no hacía más que pensar en ella. Había dejado aparte todo el resto de las cosas: mi familia, mis amigos, mi carrera profesional. Era a la vez la causa de todas mis satisfacciones y de todos mis tormentos. No soy capaz de concebir el amor sin sufrimiento. Se sufre en igual proporción a lo que se goza. Solo al principio del amor, la felicidad es casi total. Reconozco que hablo desde mi propia experiencia, y un solo testimonio no basta para formar una verdad absoluta respecto a mi teoría. Quizás para otros no sea así, y en tal caso me produciría envidia. Pues bien, yo amaba a esa mujer, y sufría de una manera casi siempre insoportable. Sufría hasta el dolor físico. Continúo. Aquella mañana me encontré dando vueltas sin un rumbo fijo durante casi tres horas. El día, agradable y soleado, parecía burlarse de mí oscuridad interior. Ciertamente, en ese momento ni siquiera se me ocurrieron estos pensamientos, pues mi cabeza iba ocupada en otras cuestiones, por lo demás completamente negras y terribles relacionadas con ella. Pero yo no concebía mi vida sin ella, no podía dejarla ir. La encrucijada era terrible. Necesitaba someterla, humillarla y verla llorar por mi, pero no había forma de lograrlo y por eso la odiaba, la odiaba con todo mi corazón. Pero la amaba también, porque cuando los tiempos eran alegres yo era el hombre más feliz del mundo, y estoy seguro de que ella sentía (al menos) algo parecido. En esos momentos yo casi deseaba que surja la posibilidad de dejar mi vida por ella, con el único propósito de demostrar mi veneración y sobre todo para hacer que llore por mí. ¡Ah, si comprendieran lo que estoy tratando de explicar, si estuvieran al menos un minuto en mi posición se darían cuenta que no estoy desvariando! Así es como me encontré atrapado en el fondo de un pozo del que solo había una manera de salir. En aquel paseo sin rumbo sellé la cuestión y pude ver que solo había un camino posible: tenía que matarla.

Soneto

Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,

si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.

Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.

Porque después de todo he comprendido
que lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.

Francisco Bernardez.

26.3.12

“Resulta que tus opiniones no dan buenos resultados. Te aconsejo que uses las mías”.

24.3.12


Aqui se queda la clara,
la entrañable trasparencia,
de tu querida presencia,
desatormentandonos.

22.3.12

Preguntas

¿Por qué las parejas de ahora ya no hablan por teléfono?

¿Por qué veo que la gente tiene relaciones amorosas tranquilas y perdurables y yo no?

¿Será porque yo quiero hablar por teléfono y no por WhatsApp?

¿No es que hablando se solucionan las cosas?

¿O hablar no sirve de nada?

¿No sirve de nada no?

¿Por qué ahora mirás más a tu celular que al resto del mundo?

¿Tenés amigos?

¿Tenés AMIGOS?

¿O tenés conocidos?

¿O solo contactos en el celu?

¿Por qué hay gente que se vive contradiciendo constantemente?

¿No tienen memoria de lo que dicen?

¿O no tienen principios?

¿Será por eso que no tienen amigos?

¿Por qué no te mostrás como sos desde un principio?

¿Qué te pensás?

¿Que soy adivino?


Si alguno tiene respuestas,
que se las meta en el culo
no necesitamos ayuda. Keep the Faith.-

Waters alimenta nuestro ego


Grande fue la sorpresa el martes cuando, momentos antes de comenzar el noveno (y último) concierto de Roger Waters en nuestro país (vivimos en Argentina), apareció en el escenario una señorita anunciando que durante el show se filmaría el DVD "The Wall Live" y sería presentado próximamente a nivel mundial.

Luego de halagarnos demagógicamente diciendo que "somos un público especial" (y lo somos), y entre algún que otro grito de los presentes al estilo de "ponete en booolas!", esta mujer invitó a la gente ubicada en Campo a hacer algunas coreografías masivas ante las cámaras tales como: saltar todos a la vez, girar las cabezas hacia la izquierda, etc.

Obviando decir que el show fue realmente espectacular por los efectos visuales, el sonido envolvente y el carisma de una leyenda como RW, el hecho de que hayan elegido Buenos Aires para filmar el DVD de un tour memorable alimenta nuestro ya alto egocentrismo y nos hace sentir orgullosos de nosotros mismos. Uruguay, Brasil, México y el otro país finito que tenemos a la izquierda pueden seguir participando.

Hablando de Waters, menos mal que se fue porque la "Wallmanía" ya me tenia los huevo`al plato. Genio Roger.